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viernes, 22 de mayo de 2020

Conozcamos al canario.

El canario pertenece a la clase de las aves, al orden de los paseriformes, a la famila de los fringílidos, al género Serinus,y a la especie Serinus canarius.
 
De todos los miembros pertenecientes a la clase aves, se considera a los paseriformes (passer-gorrión, es decir, con forma de gorrión) como los más evolucionados. Utilizan la gran memoria de la que están dotados para volver a encontrar lugares que ya conocían o para aprender de experiencias ya vividas. Se nutren de sustancias vegetales y proteínas animales que obtienen de los insectos principalmente.
 
Comprenden los paseriformes hasta 67 familias, entre las que encontramos la de los fringílidos, pájaros especialmente dotados para el canto. El órgano que permite esta emisión sonora es la siringe, dotada de cuatro a siete pares de músculos.
                                          
 El plumaje está compuesto, por un lado, de plumas fuertes y largas, que recubren algunas partes del cuerpo y forman las alas y la cola (son las que sirven para el vuelo) y por otro, por plumas que, en cambio, son mucho más pequeñas y que recubren el cuerpo del animal, con una función protectora y termorreguladora ( la temperatura corporal del canario es de 40-42 ºC). En la base de la cola, al final de la espalda del pájaro, se encuentra la glándula uropígea, formada por dos sacos ovoides, unidos por su parte superior. Segrega un líquido espeso compuesto por grasas y aceites, que el canario recoge con el pico y extiende por todo su plumaje, nutriéndolo e impermeabilizánzolo.
                                             
 El aparato digestivo consiste en un largo tubo que atraviesa el cuerpo del canario y que presenta una serie de cavidades. La cavidad oral, compuesta por pico y faringe; esófago, donde existen unas glándulas mucosas cuya función es la de lubricar el paso, facilitando el avance de los alimentos. En los granívoros, estas glándulas están más desarrolladas que en otras especies. El esófago se dilata en la mitad del recorrido formando una estructura en forma de saco, conocida como buche, también especialmente evolucionado en los pájaros granívoros como el canario. Además de almacenar aquí temporalmente el alimento, sirve para hidratar, macerar y ablandar las semillas antes de su paso al estómago, produciéndose una predigestión de los alimentos, permaneciendo aquí unas dos horas (en los granívoros). Tanto el buche como el estómago cuentan con una capaciad de regurgitación de lo ingerido, muy importante de cara a la alimentación de los pollos durante las primeras semanas de vida. En el buche, durante la cría y ceba de los pichones, se segrega una sustancia cremosa que sirve de alimento a los polluelos durante los primeros días. El estómago está dividido en estómago glandular y estómago muscular o molleja. Aunque los alimentos llegan parcialmente acondicionados tras su paso por el buche, precisan de una mayor preparación antes de pasar a la molleja. En el proventrículo o estómago glandular, los alimentos se encuentran en un medio muy ácido. En este primer estómago encontramos gran abundancia de glándulas secretoras, que proporcionan mucus para proteger de la acción de los ácidos la cara interna de este estómago. También, esas glándulas secretan ácido clorhídrico y encimas como la pepsina, que siguen preparando los alimentos antes de su entrada en la molleja. En los granívoros, los alimentos pasan poco tiempo en esta cavidad, dirigiéndose rápidamente al estómago muscular o molleja, con paredes musculares muy gruesas que se encargarán de triturar los alimentos contenidos mediante fuertes contracciones. La cara interna de la molleja tiene unas paredes queratinizadas y duras, que le permiten realizar más presión sobre los alimentos y evitan heridas durante el proceso. Para facilitar el triturado de las semillas, los pájaros granívoros suelen ingerir pequeñas piedrecillas o arena que se alojarán en este estómago, aumentando la capacidad para triturar. Por eso es tan importante administrar grit a nuestros pájaros. El tamaño de cada uno de los estómagos viene condicionado por la alimentación que reciba el ejemplar, así, nos encontraremos con grandes mollejas en los alimentados casi exclusivamente con grano, mientras que los alimentados con una dieta mixta de semillas y alimentos blandos verán reducido su estómago muscular pero tendrán una mayor actividad intestinal y mayor será también el proventrículo. Además del tamaño, influirá el grosor de sus paredes, cuanto más duros sean los alimentos, mayor grosor tendrá la molleja, debido a su mayor actividad. Las variaciones en la dieta harán modificar dichas estructuras digestivas en cuestión de tres o cuatro semanas. Finalmente el intestino, que comprende el intestino delgado, con numerosas vellosidades y gran cantidad de vasos sanguíneos que facilitan la absorción de nutrientes que serán transportados al hígado, el intestino grueso, los ciegos y la cloaca, con una estructura que permite la eliminación conjunta de orina y heces. Se expulsará la materia fecal, de color verdoso, junto con un líquido blanquecino, que corresponde al ácido úrico. Los excrementos eliminados por las aves son pequeños en relación a la cantidad de alimentos ingeridos, de lo cual deducimos una gran capacidad de asimilación por parte de éstas. Asociada a la cloaca está la Bolsa de Fabricio, órgano linfoide muy importante porque en él se produce la maduración de los linfocitos B, que actuarán en la respuesta inmunitaria del organismo. Es un órgano exclusivo de las aves que no está presente en los mamíferos.
                                         
El aparato reproductor está formado, en los machos, por las gónadas o testículos, por los conductos deferentes y por el órgano copulador. En las gónadas de las hembras, encontramos el ovario izquierdo (el derecho se reduce y desaparece durante el desarrollo embrionario) y el oviducto. Los huevos producidos en el ovario, bajan al oviducto, donde se forma la albúmina y la cáscara. Cada hembra tendrá un número limitado de huevos que generará a lo largo de su vida, no pudiendo generar más una vez llegado a ese límite.
 
El esqueleto del canario es, como el de todas las aves voladoras, muy ligero. Los huesos están formados por fosfato cálcico, carbonato cálcico y una sustancia orgánica, que es la osteína. Su interior está recorrido por finos capilares que le llevan la sangre necesaria para su metabolismo. También intervienen en la formación de la sangre. A pesar de que sus huesos son muy finos, son de una extraordinaria resistencia, ya que contienen más sales de calcio que los huesos de los mamíferos. Para que los huesos sean más ligeros, contienen en su interior un laberinto de bolsas de aire, que reducen el peso sin reducir fortaleza. El esqueleto y la vértebra superior del cuello están unidos por una articulación que permite girar su cabeza unos 180º, lo cual es muy importante a la hora de acceder a todo el plumaje de su cuerpo, y permite esconder la cabeza entre sus plumas, de esa forma tan peculiar que todos conocemos, cuando duerme.  Los huesos más duros y fuertes del canario se encuentran en el pecho y en las alas. Para poder usar esas alas, el pájaro posee músculos muy desarrollados. Esos músculos que le permiten volar están unidos a la quilla del esternón, y éste, a la columna vertebral por las costillas y a la espoleta de las clavículas por el coracoides. Las extremidades están unidas a la pelvis por una articulación conocida como acetábulo. En el canario, el fémur y las partes superiores de la tibia y el peroné se encuentran dentro del abdomen. Los huesos de las alas son el húmero, el cúbito y el radio. En las patas de los canarios hay unos tendones especiales que evitan que el pájaro se caiga de su percha cuando duerme. Los músculos de los dedos finalizan en un tendón que pasa junto al borde exterior de las articulaciones. Cuando los dedos se aferran a una percha, o rama, y el pájaro está relajado, el tendón bloquea los músculos del dedo y el pájaro permanece fijo hasta que estira de nuevo los músculos.
                                        
 El olfato y el gusto están poco desarrollados, todo lo contrario que el tacto, especialmente en la piel, el oído, pudiendo captar sonidos lejanos de otros pájaros y respondiendo a ellos, y la vista, con ojos inmóviles.
Bibliografía:
 
-"El nuevo libro de los canarios" Matthew M. Vriends. Editorial Tikal.
-"Cuadernos de Ornitología deportiva. Alimentación" Rosa María Martínez Espinosa, Roberto C. Fernández Álvarez, Mariano Guerrero. Editorial Croma press, s.a.
-"Los Canarios. Todo sobre las 36 razas principales" Elisabetta Gismondi. Editorial de Vecchi.
-"El Canario" - Antonio Garau Salvá y Juan Garau Salvá. Palma de Mallorca, 1964.
 
 

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